La Perdida del Amor

El trauma específico que predispone a un individuo a la depresión es la pérdida de amor. Todos necesitamos algún vínculo afectivo para sostener la excitabilidad de nuestros cuerpos.

La causa básica de la depresión es la inhibición de los propios sentimientos de temor, tristeza, ira. La supresión de éstos y la tensión que ello genera reducen la motilidad del cuerpo, dando origen a la reducción de la vitalidad.

La persona deprimida vive en función del pasado y con la correspondiente negación del presente. No se da cuenta de que está viviendo en el pasado, porque también está viviendo el futuro, tan irreal como lo era el pasado mismo. Esta irrealidad se manifiesta claramente en el grado que ha perdido contacto con su cuerpo.

No siente las alteraciones de su funcionamiento corporal, ni su falta de motilidad ni su respiración restringida. Para ella la vida de su cuerpo, que es la vida en el presente, es irrelevante, porque sus ojos están puestos en una meta futura que considera lo único importante. Por esta razón lo que más preocupa al individuo atrapado por el mecanismo depresivo es intentar restablecer el poder de su voluntad e aspira conseguir su objetivo incluso a expensas de la necesidad del cuerpo de recuperar y restablecer su energía. Por supuesto que esta actitud retrasa la recuperación; pero, considerada de un modo más profundo, es de esa ilusión, de esa intención, de donde se deriva el proceso depresivo.

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